Educación bilingüe

A continuación expondremos los aspectos que nos atraen más y, por lo tanto, queremos en nuestra escuela sobre el bilingüísmo.
La mejora de la pronunciación y la adquisición natural del idioma: enseñar una segunda lengua desde temprana edad permite que los niños adquieran una mejor pronunciación y mayor fluidez en comparación con los que aprenden el idioma más tarde. Esto se debe a que, los niños que comienzan a aprender desde jóvenes interiorizan el idioma de manera más natural, permitiendo un aprendizaje más profundo y efectivo de la segunda lengua.
Fomenta el desarrollo cognitivo y expande el vocabulario: aprender una segunda lengua no solo no afecta negativamente el desarrollo cognitivo, sino que lo potencia. Distintos autores han demostrado que los alumnos bilingües tienden a tener un vocabulario más amplio en su lengua materna, lo que mejora su capacidad de expresión. Además Piaget explica que los niños entre 0 y 7 años son más receptivos a absorber conocimientos, lo que hace que el aprendizaje de un segundo idioma en esta etapa sea altamente beneficioso.
Promueve habilidades sociales y autodidactas: la implementación de un ambiente bilingüe estimula un entorno cooperativo y motivador, lo cual refuerza tanto el aprendizaje del idioma como las habilidades sociales. Al mismo tiempo, la metodología incluye autoevaluaciones que fomentan que los niños se sientan más autónomos y confiados en su capacidad para aprender un nuevo idioma.